1. Escribo esto porque me empieza a causar ya un malestar serio el hecho de que todo el tiempo nos quieran hacer mensos, vivimos en tiempos donde la tragedia es premiada por los medios al máximo y nosotros nos vemos maquinales ante estos. Que no le vendan piñas. El concepto de unidad y ayuda están muy por debajo de los cánones que sostenían por significado.
Pongo en concreto los dos casos sustanciales que ha habido empezando esta nueva década: Haití y Chile. Ambos son países devastados por terremotos, fenómenos naturales que le parten la madre a cualquier superficie terrestre donde se presenten. Sinceramente sí es un hecho triste el ver que la gente sufre, pero es más triste el cómo se nos vende este sufrimiento.
Aceptemos ya que el ser humano es frágil, que no es más que un sujeto formado de tejidos y huesos, que muchas veces nuestra fuerza viene de lugar que ni conocemos. Por favor, antes de empezar a ayudar a los de alrededor, hay que empezar por nuestros núcleos, y esta ayuda primordialmente, debe ser para nosotros. Vamos, no compremos la idea de el "pueblo" mexicano se solidariza con... Que esas mamadas que sólo despiertan sentimentalismos. Reflexione un poquito sobre lo que digo, amigo lector, piense en la fragilidad del ser humano, en la ayuda, en la tristeza. Conceptos que hasta ahora nos son vendidos como parte de un chantaje. Conozco a gente que se quiebra con canciones de Sabina, supe de los que chillaron con Avatar; fragilidad.
La única ayuda que realmente voy a agradecer en toda mi vida, será por aquellas personas que me enseñaron a leer. Ese favor, quiero devolverlo algún día.
Por mientras, piense en qué le gustaría ayudar, ayudarse. Tome en cuenta regalarle su tiempo a los demás.
Con esto no quiero decir que me valgan madres los terremotos, al contrario, me interesan. Pero esa gente, lo que menos necesita, es un país que se preocupe por ellos mediante el recurso del drama, de la mediocridad emocional y las felaciones mediáticas.