Tengo entendido que ahora ya volvieron a poner al aire el programa de Atínale al Precio, un concurso televisivo donde los participantes se empeñan en descifrar el costo de un producto en cuestión, si le atinas, te lo llevas.
Me parece alarmante encontrar cierta diversión en adivinar el precio de un horno de microondas, es nefasto con todas sus letritas, o sea qué pedo. Existe una satisfacción dudosa en las personas, actualmente dedicadas y entregadas a los placeres materiales; vamos, no hay ningún programa de concursos actualmente, que no recurra al conocimiento sobre generalidades para poder ganar dinero. Lo material está trascendiendo más en la época que cualquier otra cosa. Antes me reconfortaba no saber a dónde vamos.

Parece que algunas letras aún extrañan este espacio quizá ya olvidado. A un mes de que esta madre murió, me he puesto a pensar en muchas cosas, y en particular, en que realmente este blog no debe morir. Había dejado de escribir porque tuve la impresión de que leí el comentario clave entre mis entradas, una señal o un pedo así. Durante este lapso creí en aquellas palabras y la verdad, justo hoy, llegó la hora de lucidez.
Me gustaría que la gente, cuando hable de amor, realmente se apretara bien los huevos. Me gustaría tener una red social sensata, libre de egoismo: deseo mucho presenciar la caída de facebook.
Me gustaría poder escribir con el propósito de ser leído, y sobre todo, escribir aquí, una vez más.
Julios United aún tiene cosas que dar.