Juebebes con el tío Roco

En respuesta a la pregunta de la semana pasada ustedes respondieron en su mayoría, querido público, que preferirían vivir en un mundo de michelada. Me dan asco, no puedo decir más. Empatados en segundo lugar están el mundo de órganos y el mundo Avatar (sería genial que el mundo fuera 3D también (ehm... ¿ya lo es no?)), en tercer lugar un mundo donde todos seamos una gran familia, a quienes eligieron esto no me dan asco, sólo un poco de flojera. Y en último lugar, con un solo voto (el de la honra) el mundo borgiano. Muchas gracias gente bonita.

Jóvenes, hoy me levanté con hambre y pensé "que demonios pues hay que cocinar algo", ¿pero qué? Después de mucho reflexionar decidí hacerme unos huevitos poché, buenos, rápidos, con clase (pues su nombre parece un galicismo) y relativamente sanos. Les eché un poquito de hierbas finas, ya que su nombre lo indica, son finas, y le da caché a tu cuisine y nadie que se jacte de villamelón tendrá el descaro de decir: "¿Oye sabe medio rarito no?". La serví en pan negro (no, no era de centeno o alguna mamada de esas, solo se me quemó en el tostador) y Voilá un platillo digno de la condechi (solo le falta decir que es de huevo orgánico y de gallina feliz).

Mientras degustaba mis viandas me imaginé como serían los platillos que cocinarían algunos personajes famosos como Jonathan Swift, Macgyver, Jackson (no, Michael no) Pollock, Chuck Norris, Lewis Caroll, George Lucas, David Lynch y Richard Kelly (el director de Donnie Darko).

La modesta propuesta del señor Swift sería algo así como bebé al horno, la otra carne blanca, no muy jugoso, no muy seco. Acompañado de un buen café irlandés servido por la mano experta de tu mayordomo Yahoo.

Jackson Pollock serviría un postre. Crocante galleta con un garabato de diferentes colores de chocolate sobre de ella. Totalmente innovador, parece que al pastelero se le cayó, aunque probablemente fue así ya que ese era el objetivo del chef (yeah sure).

Macgyver prepararía un pastel imposible con un clip, una vaca, una caña de azúcar y dos cucharaditas de nitroglicerina.

Chuck Norris te serviría un twinkie y te obligaría a decir que es lo más maravilloso de que haz probado en tu triste vida y que quieres más. Si no patada voladora.

Lewis Carroll te serviría un Te, tan extraño que no sabrías cómo clasificarlo, en una Mad Tea Party para festejar tu no cumpleaños.

George Lucas te serviría un pollo asado, con un muy bajo presupuesto y algunos ingredientes clásicos del terror clásico de la hammer que sería tan famoso que pasará a ser parte de la cultura popular, tan famoso como la sopita Campbell de Warhol, las Lollipops o el helado. Cuando te sirva el último pedazo de pollo quedaras fascinado, deseando que hubiera más y, varios tiempos después, te serviría las precuelas del pollo. Algo así como el Gallo y la Gallina (padres del pollo) a la naranja, el cascarón del huevo de donde nació el pollo y no sé el cambio de plumas del polluelo a pollo. Entonces desearas nunca haberlo deseado.

David Lynch serviría un pastel. Un gran pastel color rosa pastel cincuentero, que parece un chiste malo. Pero cuando lees la receta, los FAQs de la receta en internet y las tésis de vatos de letras inglesas y cine sobre ella te das cuenta que está más enfermo y cabrón el asunto de lo que pensabas. Al parecer don David quería hacer algo así como la chica saliendo del pastel cantando, pero olvidó (propositivamente o no) sacar a la chica antes de meter el pastel al horno. Dicho sea de paso, su nombre cobra tanto peso en el mundo de la repostería que no puedes decir "que mierda" sin que se te queden viendo feo.

Richard Kelly, bueno simplemente te daría algo quemado en el horno, demostrando una vez más la famosa frase de "el burro que tocó la flauta".

Ahora que termine de estructurar mi encuesta me volvió a dar hambre.

Ahora le quiero preguntar a usted querido lector ¿Quien le gustaría que le cocinara de los integrantes del blog? Ahí de paso dejen su comentario (aunque nunca lo hacen, malditos) de cómo serían dichos platillos.

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