1.

El pedo con la navidad, es la -muchas veces ignorada- situación del arbolito. La foto de arriba muestra una realidad. El árbol va a la basura y nosotros seguimos la vida como si nada; si hubo suerte nos habremos tomado unas cuantas fotografías con el pino decorado y ya. Después pasa la época navideña, le quitamos todos los adornos y lo mandamos al basurero, tristemente.

La ciudad se ve triste con los árboles que ahora adornan camiones de basura, nuevamente lo hemos hecho, algo que mucha felicidad nos ha dado, lo tiramos a la basura sin la menor consideración.

Lo más culero, viene siendo que hay personas que en su vida les tocará ser arbolitos navideños, servirán un rato de compañía vana traducida en felicidad, luego les tocará la trituradora, como si nada...

Lo que sí es positivo de quitar los árboles, es que ya quitaron ese pirulí asqueroso de Reforma.

2. Muchas veces he considerado que la lucha por los conocimientos y los aprendizajes deberían de ser constantes, del día a día, que supondrían mejoras en el terreno personal y colectivo, pero llego a la conclusión que no es así.

A veces, tener verdades y conocimientos no nos servirá de nada, la gente vive bien, mi casa no se ha quemado y, mucho mejor, el mundo parece acoplarse a la mediocridad del ser humano. Habrá a quienes tener la experiencia de sacar una cuenta de twitter y agregar cualquier mamada sea benéfica, placentera e incluso provechosa. No nos limitemos al terreno cibernético. Hay personas que no necesitan sacar conclusiones de lo que hacen, no se preguntan cómo vuela un avión, ni sobre quién escribió Pedro Páramo, no sabrían cambiar una llanta de carro o quizá ignoran el proceso de cocinar arroz y aún así, viven bien, se desempeñan bien en lo que hacen y no necesitan saber más.

El conocimiento es elitista, bueno o malo, pero elitista.