Juebebes con el tío Roco

Voy a ser sincero contigo.
Nunca he podido decirle a una novia mía que la amo. Porque nunca he amado ni querido alocadamente a una pareja. Sólo una vez estuve apunto de decir te amo y sentirlo pero ella no me amó mi, probablemente algo en mí lo sabía y por eso casi la amé.
Nunca he amado a quien tengo entre mis brazos, y siempre he enloquecido por aquellas que no puedo alcanzar. Quizá sea por eso mismo que las he amado, porque son idea más que carne, porque son perfectas. Hay algo en mí que en cuanto inicio una relación me dice: "Ella no es". Acto seguido empiezan los defectos a surgir en su cara, en su voz, en todo; mi hartazgo, mi ansia por estar solo sin tener que decir te quiero porque ella te lo dijo.
No puedo sentir esa pasión por la realidad binaria. Por dejar de ser Roco y pasar gracias a la gestalt a ser Roco-y-???, como un gran nombre. A veces veo por la ventana a la gente pasar, pegados, hombre detrás mujer por delante, caminando como un torpe paquidermo bicéfalo, deforme.

El beso.
La actividad más sublime. La verdadera prueba de fuego. Donde los dos tiemblan, los corazones se excitan al sentirse tan cerca el uno del otro, como dos peces beta ,separados por una delgada pantalla de cristal, que chocaran con ella hasta romperse la cabeza, llenando sus vacías cavidades craneanas de sangre y bilis. El beso, lo que más puedo desear de una mujer que creo que amo. Es como robar el alma. Como si fuera un súcubo.
El sexo.
Sobrevaluado. Aunque he de aceptar que apenas y empecé a dar mis primeros pasos cuando me harte de esa persona. La gente dice que con el tiempo mejora. Yo cada día siento que la gente empeora, y yo también.
Las mujeres.
Cada día creo menos en ellas. No se si es la forma de educación que forja a un sexo realmente débil. No me mal interpretes, no soy misógino. Sin embargo hay pocas mujeres que realmente son un desafío mental, yo sólo conozco a una. Lo que menos soporto es a esas mujeres calca. Que se mimetizan con su pareja, y a la hora de que se separan pierden totalmente su identidad. Pocas cosas te puede recomendar una mujer normal que no le hayan sido recomendadas con anterioridad por su padre, hermano, novio o figura masculina; o que no le recuerde a alguno de ellos.
Los hombres.
Varias veces es considerado la homosexualidad. Sin embargo no. Simplemente no siento atracción por los hombres. A lo mejor cognitiva sí, pero física no.
Los Andróginos.
Las personas que más disfruto en esta vida son aquellas que son seres más neutros. Mujeres que usan pantalón en vez de falda, y si la usan no es para mostrar su carne vulgar e insulsa, que piensan de una manera más avanzada que el grueso de la población femenina. Hombres sensibles, que pueden llorar, amantes de las artes y de las ideas, que encuentran el erotismo en un trazo, en una letra marcada sobre un papel o en un sonido más que en un par de senos, un buen trasero o la promesa de sexo tántrico.
Yo.
Cada vez pierdo más fe en las relaciones. Cada vez pierdo más inercia. Cada mujer que me atrae me parece cada vez más un fantasma. Para que vuelva a creer en Dios hace falta un milagro. Una aparición de una virgen en el monte del Tepeyac. Recordemos que etimológicamente una virgen no es una mujer pura sino una mujer que cumple funciones de hombre. Cómo las virgenes vestales que abandonaron su papel tradicional de féminas para tomar las riendas de los templos, encargarse de la contaduría, instruirse.

Siento como mis brazos se cansan, ya no quieren nadar, quieren dejarse arrastrar mar adentro. Ahogarse. Por eso te cree a tí... Mi nombre es Astrophil querida, y tú eres Stella.