Mañana es, quizá, el día más rarito que tiene la cultura occidental: la Nochebuena. Es un fenómeno total, creyentes o no, algo nos pasa ese día que nos humanizamos de una forma cabronsísima. Para mí, la nochebuena y la navidad son tradiciones que deben mantenerse por mucho tiempo. No soy creyente de la religión católica mas creo que su cosmovisión está repleta de simbolismos sumamente interesantes. Es bello ver que la gente se congrega para arrullar a un niño de cerámica; meditar un poco; comer en familia; darse un obsequio (el especial está en la mirada), etcétera.
Recuerdo claramente un fragmento de Children of Men en donde rebeldes y militares se enfrentan en un edificio en ruinas; el primer niño que ha nacido después de muchos tiempo de que ninguna mujer había dado a luz se encuentra ahí, entre el fuego cruzado. Cuando su madre decide sacarlo de aquel infierno, ambos bandos se percatan del recién nacido e inmediatamente mandan la orden de cesar el fuego. Por unos instantes, las miradas se aglomeran en un sólo ser, en un sólo cuerpo, pequeño e indefenso. El niño sale a salvo del lugar. Así son estos días; millones de personas celebran un nacimiento, celebran una reunión, celebran la llegada de los que se aman.
Llevo algunos años diciendo que los mejores regalos en estas épocas son los libros y el tiempo. No hay nada mejor. Me parecen desleales aquellos que han dicho que el amor debe representarse con obsequios. Es momento de esterilizar las intenciones.
Disfruten sus fiestas y la compañía.
Recuerdo claramente un fragmento de Children of Men en donde rebeldes y militares se enfrentan en un edificio en ruinas; el primer niño que ha nacido después de muchos tiempo de que ninguna mujer había dado a luz se encuentra ahí, entre el fuego cruzado. Cuando su madre decide sacarlo de aquel infierno, ambos bandos se percatan del recién nacido e inmediatamente mandan la orden de cesar el fuego. Por unos instantes, las miradas se aglomeran en un sólo ser, en un sólo cuerpo, pequeño e indefenso. El niño sale a salvo del lugar. Así son estos días; millones de personas celebran un nacimiento, celebran una reunión, celebran la llegada de los que se aman.
Llevo algunos años diciendo que los mejores regalos en estas épocas son los libros y el tiempo. No hay nada mejor. Me parecen desleales aquellos que han dicho que el amor debe representarse con obsequios. Es momento de esterilizar las intenciones.
Disfruten sus fiestas y la compañía.
1 comentario:
tal vez , se me ocurre , que celebramos la vida, como en Children of Men. Un instante se detuvo para eso
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