16 mar 2009

Tema XI: Imágenes


La hora indicada en la estación de tren se posa firmemente, adoptando forma de números, las 4: 50 P.M.; Claudio no hizo acción otra que no fuese la de buscar su andén, como estresadas, las letras y números del tablero se movieron, tranformando el desorden aparente en destinos. Claudio sujeta su boleto, lo aprecia desplazando la mirada de izquierda a derecha, reconociendo los símbolos y formas, consecuencias de la tinta. Lyon, el destino. Claudio se dirigió hacia el anden 9A de la estación de trenes de París, Garde de Lyon.

Claudio abría el cerrojo de su apartamento ubicado en Saint Germain, el gran reloj cucú que colgaba en la pared marcaba las 3:52 de la tarde, cerró la puerta, azotándola, como lo hizo con su mochila, dejándola caer hacia el piso. Bajó la vista para verla caer, sin embargo del piso sobresalía un sobre color crema, lo levantó, no había nada escrito en el sobre, lo abrió, en su interior estaban dos cosas: una nota y un boleto de tren que partía a Lyon, saliendo de la estación Garde de Lyon a las 4:50 de la tarde. Leyó la nota dedicadamente, fijando su atención en cada letra, por el movimiento que hicieron sus ojos, pudo percibirse como leyó cada palabra dos veces. Volvió a ver a la hora, sólo habían pasado tres minutos desde su llegada a casa, soltó la carta y corrió hacia su cuarto, sacó de su armario una pequeña valija negra y la llenó de diversas prendas de ropa provenientes de los cajones, revisó su cartera y vio el billete de cien euros, rápidamente la regresó a la bolsa. Tenía menos de una hora para tomar el tren, tomó las llaves y la carta que se habían quedado en la mesita, se fue. Pidió un taxi para ir a la estación, se bajaron él y la prisa, corriendo hacia los andenes. Ve que la hora indicada en la estación de tren se posa firmemente, adoptando forma de números, las 4: 50 P.M.; Claudio no hizo acción otra que no fuese la de buscar su andén, como estresadas, las letras y números del tablero se movieron, tranformando el desorden aparente en destinos. Claudio sujeta su boleto, lo aprecia desplazando la mirada de izquierda a derecha, reconociendo los símbolos y formas, consecuencias de la tinta. Lyon, el destino. Claudio se dirigió hacia el anden 9A.
Subió con premura, siendo el último en abordar. Localizó un asiento disponible en los compartimentos de segunda clase, puso su maleta debajo del asiento y se sentó, aun jadeando, sacó de la gabardina el sobre con la nota aún dentro, la leyó de nuevo, palabra por palabra:
Soy Julio, por ahora no me conoces, ni sabes nada de lo que sucede, te escribo esta nota desde algún futuro, donde la única foto tuya existente es la que te he tomado esta noche bajando del tren, en los andenes de Lyon, algún día ese será tu único recuerdo y nadie tendrá historias que contar sobre tí, pero hay una opción, cuéntame de tí, porque soy yo Julio, quien publicaré de tu vida, y quien te mantendrá con vida tantos siglos, ¿por qué hablar de tí? Todo lo explicaré cuando te vea. Estoy en Lyon, en el hotel Alexandra, debemos vernos ahí, he anexado un boleto de tren. Hasta entonces Claudio.
P.D. Si no me cree doctor, vea la hora que es después de que lee por segunda vez esta nota, son las 3: 55.

Arrugó la carta, apretándola a su pecho, él también suponía por qué será importante él y el ver a Julio, había llegado el momento de realizar el primer viaje en el tiempo.

Jf



Recuerdo la última vez que te vi: estabas ahí postrada en la entrada de la habitación, a decir verdad solo veía tu sombra y tu cara direccionada a mi posición, si hubiera sabido que sería la última vez que te vería no me hubiera conformado con solo ver tu sombra, si hubiera sabido que era la última vez me hubiera gustado por lo menos despedirme…
Sería bueno precisar por que estoy pensando en esto, tus fotos… las fotos que dejaste en mi casa, suelen confundirse con otras imágenes de la vida diaria y así estas ultiman te traen en forma de recuerdo.
El otro día visitaba una tienda de discos, y sin demasiada atención me fije en una portada en especial, era una bicicleta recargada sobre un barandal y al fondo un grafiti expresaba “Guns N´ Roses”, esa portada me trajo a la memoria aquella imagen que trajiste de Ámsterdam, ese callejón que tanto te había gustado, y me acorde de lo cuanto te enojaste al no ver en mi la misma emoción al mostrarme la fotografía, para contentarte tuve que llevarte a cenar ¡a cenar! Solo porque no me emocione al ver tu fotografía, de verdad que te quería.
Y así de este recuerdo me puso a memorizar y al llegar a casa revise las viejas fotos que habías dejado, 4 en especial me reflejaron nuestro pasado, todas de aquel viaje a Europa, la primera en el atardecer de las costas francesas, la segunda del lago congelado en Noruega, la tercera de mi espalda camino al tren que nos llevaría a Berlín y por último la foto del bosque en Praga, en donde apareció una niña de la nada y como vino se fue, estabas segura de que era un fantasma hasta que la vimos mas adelante con sus papás. Y así de estas imágenes recordé en su totalidad el viaje, y más atrás, así hasta llegar al momento en que te conocí, pero no tengo una imagen clara de eso...
Y después me surgió la duda ¿Por qué te habías ido sin decir nada? ¿Dónde estabas y que estabas haciendo? Ya hubiéramos vuelto a Europa.
Si después de irte hubieras vuelto, seguramente ya tendríamos muchas mas fotografías, seguramente te habrías ido otra vez y seguramente me encontraría recordante, como lo hago justo ahora.
E.

3 comentarios:

Godoy dijo...

we buena entrada ...nada más una queja .....por que en la encuesta no hay leve ?...si ya sabes ...deveria decir: "¿eres supersticioso?
si
no
leve

Julio Flores dijo...

jajajajaa, ea ea, el bolo se la mamo

Nydia Mora dijo...

jf, sos grande

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