Por primera vez en mucho tiempo, me siento feliz de un equipo que ha sido derrotado en la final, no pretendo hacer una crónica de quién fue mejor o peor durante 180 minutos, pero lo que sí quiero enfatizar, es el hecho de que Cruz Azul jamás murió y de que si bien ellos jugaron mejor durante 90 minutos en el Azul, éstos fueron mejores durante 120, fueron guerreros que se metieron a luchar, a matar o morir, y eso, me parece digno, además vi sublimaciones en carne humana, pude ver a un Yosgart en su máximo a un Villaluz que sólo tumbándolo podría parar, un Cata que brilla y sé que tendrá futuro, a Roger que dio todo, a Lugo que esta vez si se despeinó, a Sabah que luchó toda pelota, a Alex Vela que intentó desbordar siempre... Todos se merecen un baño de aplausos.
Felicito al Toluca que es un campeón el cual se lo merece por una sola razón: derrotó al mejor Cruz Azul y ese simple hecho, los convierte en el digno mandamás del Futbol Nacional.
Me quedo bien tranquilo se saber a qué tipo de equipo le voy y estoy contento por cómo jugaron ya que cualquiera hubiese preferido apagar la televisión, cosa que sé muchos lo han hecho, pero estos cabrones hicieron las cosas serias, y hablan de un respeto al hincha. Porque salieron a enfrentarse a un rival que por diversas circunstancias tenía el título en la bolsa.
Me siento triste en el sentido de que muchas veces el que parece tener más argumentos queda relegado a un subcampeonato que se recordará por seis meses o un año, que la heróica actuación de Yosgart Gutierrez sólo sea mencionada por los medios durante las próximas horas en los resúmenes deportivos.
Felicito a la Final por haberme recordado lo que es el futbol, porque me hizo sentir feliz, me hizo vibrar, sentí los nervios, me tapé los ojos, grité hasta que mi cabeza doliera, me jalé del pelo, sonreí, salté, sujeté las manos de mis padres... Y un tiro me hizo sentir triste, lloré.
No condiciono mi alegría a once weyes, o en específico a uno que falla el penal, es algo que se puede ver de otra forma, sino, es parte de una conducta humana, porque confío en mis colores, apoyo a quien me ha dado triunfos, puedo decir, que comparto su tristeza.

No me queda másque seguir adelante y pensar que le voy a un equipo que puso los huevos, y que el conformismo es ajeno a éste. Enhorabuena Celestes, ánimo.

Sean constantes.